El Ilustre Colegio Oficial de Médicos ponía ayer el foco sobre la crítica situación que viven los ginecólogos del Hospital Comarcal y que empeorará notablemente en marzo. Es inviable mantener una atención de calidad con sólo 4 facultativos e INGESA no parece dispuesto a solucionarlo. El problema es que es sólo un ejemplo de la falta de personal, del envejecimiento de la plantilla sin recambio o del cansancio físico y mental que sufren nuestros profesionales. Otra muestra de ello es el servicio de Anestesiología y Reanimación, que sobrevive a diario, pero que en épocas de vacaciones su situación se hace crítica.

En el Hospital Comarcal hay 6 anestesistas y su plantilla está envejecida y sin recambio a la vista. Uno de los médicos tiene 64 años, otros dos son mayores de 55 y otro, mayor de 50 años. A esto se le suma que dos de los seis están con reducción de jornada y diariamente hay una guardia de presencia y otro guardia localizada, lo que conlleva siempre estar al límite, límite que se desborda en época de vacaciones o ante cualquier baja.

Ginecología, Anestesiología… y no está de más recordar lo que sufren nuestros compañeros en otras especialidades o en Atención Primaria. En los centros de salud, por ejemplo, hay bajas sin sustitución todos los días, hasta cinco médicos en algunos casos sobre una plantilla de 9 ó 11 galenos. O podríamos hablar del cupo de cada médico, atendiendo a veces a 60-65 pacientes al día.

El Servicio de Urgencias y Emergencias Sanitarias está en una tesitura similar. Se creó en el año 2000 con 11 médicos y ahora sólo quedan 8, y a esto debemos añadir que el 65% es mayor de 60 años y no hay posibilidad de reducción de jornada de noche para los mayores de 55 años. Tampoco está reconocida la turnicidad, ni las noches ni los festivos.

La plantilla de Urgencias del Hospital Comarcal está también bajo mínimos o aún peor. Hay 15 facultativos fijos, pero 8 de ellos son mayores de 55 años y 1 incluso sobrepasa la edad de jubilación. Y de los 8 mayores de 55 años, tan sólo 2 hacen guardias. Y de los 7 restantes, hay 1 baja por maternidad y otro está trabajando en UCI. Hagan cuentas, sólo 5 de los 15 médicos fijos hacen guardias. Otro dato sobre este servicio: En un día normal debería haber 4 médicos de mañana, 4 de tarde, 2 de noche y 1 de guardia (11 en total). Sin embargo, hay días en que apenas llegan a 7 médicos.

Pediatría es otra de las especialidades en peligro. Deberían ser 9 médicos, pero actualmente hay 8 contratos y de estos 8 contratos hay una baja de larga duración no cubierta y dos reducciones al 50% que no se cubren. Conclusión: a diario hay sólo 3 pediatras para todo el Hospital.

Miremos a Medicina Interna, con 5 médicos en plantilla y 2 de ellos por encima de los 55 años. En pocas ocasiones coinciden (por enfermedad, vacaciones o salientes de guardia), de manera que lo habitual es haya sólo 2 facultativos para toda la planta y para consulta.

Podríamos continuar con otras especialidades, como Dermatología o Oncología, asumiendo cupos de pacientes muy por encima de lo estipulado, o podríamos hablar de listas de espera provocadas por la falta de profesionales, pero con estos pocos datos queda constatado que nuestra sanidad está en la UCI y hay que tomar decisiones para reanimarla ya.